¿Engordan las bebidas con gas?

¿Engordan las bebidas con gas?

Tenemos claro el efecto que los refrescos, debido a sus altas cantidades de azúcar o edulcorantes, pueden tener sobre nuestro peso. Sin embargo, estudios recientes sugieren que puede que estos no sean los únicos culpables. De hecho, las burbujitas que tanto nos gustan en estas bebidas con gas, también puede que tengan algo que ver.

Las bebidas con gas o carbonatadas son aquellas que en su composición tienen dióxido de carbono, que produce gas. Aquí incluimos los refrescos, que ya sabemos que no son particularmente saludables; pero lo que ha llamado la atención, es el efecto que el agua con gas puede tener sobre nuestro cuerpo. El agua con gas y la gaseosa han ganado popularidad entre las bebidas con gas, especialmente entre aquellas personas que no les gusta beber agua normal, considerándose alternativas más saludables a los refrescos.

Sin embargo, esta popularidad no está del todo justificada. En el caso de la gaseosa, aunque no tiene calorías, está endulzada con edulcorantes, por lo que no es tan saludable. El agua con gas, en cambio, se supone que no tiene nada añadido. Solo gas. ¿Deberíamos asumir que no supone un problema, no?

¿Qué dice la ciencia sobre las bebidas con gas?

Un estudio, realizado por la Universidad de Birzeit en 2017, comprobó que en ratas a las que se le suministraba agua con gas segregaban más cantidad de la hormona del hambre, la grelina. Por lo tanto, comían más y subían más de peso que las que tomaban agua sin gas.

Tras el interés que generaron estos resultados, la BBC realizó un nuevo estudio, pero esta vez con un grupo de voluntarios. Tras 10 horas en ayuno se les suministró a todos un sándwich de queso de las mismas calorías. Una hora después se les dio a beber a cada grupo un tipo de bebida: bebida con gas azucarada, bebida sin gas azucarada, agua con gas y agua sin gas. 10 minutos después se les realizó un análisis de sangre para comprobar los niveles de grelina. Después se les mandó a casa con un diario para contabilizar las calorías que consumirían a lo largo del día.

Cuando el estudio terminó se concluyó que la grelina era hasta un 50% mayor en aquellos que habían tomado bebida con gas, ya fuese azucarada o agua. Este aumento en la hormona del apetito les llevó a consumir hasta 120 calorías más al día. 

Aunque aún no se conoce una razón definitiva de por qué ocurre esto, los investigadores establecieron dos hipótesis:

  1. Que al liberarse el dióxido de carbono en el estómago, los receptores químicos mandan una señal al cerebro que hace que se segregue grelina.
  2. Que el estómago se expande por el gas y eso estimula la secreción de más grelina. 

¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto?

El agua con gas puede no tener calorías pero puede estar incrementando tu apetito, igual que cualquier bebida con gas, sea azucarada o no. ¿Significa esto que no puedes volver a tomar agua con gas? No, pero si esa es tu única forma de beber agua, igual tienes que plantearte otra alternativa.

¿Significa entonces que se pueden tomar refrescos azucarados o edulcorados con libertad mientras sean sin gas? No. Que el gas aumente el apetito, no exime al azúcar y los edulcorantes de sus efectos. Ya conocemos los efectos del azúcar y como vimos aquí, los edulcorantes tampoco son una buena opción. Por lo tanto, lo que hay que sacar de todo esto, no es que haya que cambiar el agua con gas por Coca Cola sin gas. Lo que se intenta concluir con este estudio es que lo más sano es beber agua normal.

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