Acontecimientos recientes han hecho que me sienta muy inspirada para escribir esta entrada. Deja que te relate:
Hace unos días recibí una llamada para una entrevista de trabajo, en la cual no se me dieron más detalles además de que el chico que me llamaba tenía un centro de nutrición en Oviedo y estaba viendo la posibilidad de abrir uno en León. Yo fui para allí y, siendo la primera, me dijeron que esperaríamos unos minutos para hacer una entrevista conjunta. Aquí empezaba a estar claro que la entrevista no iba a ser una entrevista, sino más bien una charla.
Cuando los seis citados ya estábamos sentados, se nos empezó a contar en qué consistía la oferta de trabajo. Comenzaron con un “no hace falta saber nada de nutrición para dedicarse a esto”, que a mí ya me resultó, cuanto menos, raro y encendió mis señales de alarma. Al instante pensé, “ya verás que esto va a ser un cuento como lo de Herbalife”. Según su lógica, no hacía falta saber nada de nutrición para pasar consultas puesto que se nos irían impartiendo algunos cursillos para que supiéramos lo básico.
Cabe decir que, rápidamente quedó claro que de los allí reunidos, la única que sabía algo de nutrición era yo. Y eso incluía a los dos conferenciantes que soltaron perlitas como “está visto que la leche es malísima”, “mandamos hacer cinco comidas al día porque es lo que funciona para perder peso”, “la proteína de soja es la mejor porque es la única vegetal completa” (los garbanzos, la quinoa y las semillas de chia y de cáñamo están llorando ante esta discriminación) o “Todo está formado por moléculas químicas. Nuestro cuerpo descompone lo que comemos en moléculas químicas y le da igual de dónde procedan” (esta, en concreto, me encantó).
Entonces se nos mencionó que su estilo de trabajo era pasar las consultas gratis y trabajar con un producto. Voy a resaltar que hasta pasada media hora, no se nos dijo de qué producto se trataba, simplemente se nos pidió que escuchásemos y no tuviésemos prejuicios (aquí, mis señales de alerta se revolucionaron).
Y entonces, como no podría ser de otra forma, se nos terminó revelando que la marca con la que trabajaban no era otra que Herbalife. Aunque dejaron claro que ellos no eran Herbalife, que seguían su propia filosofía de trabajo y que solo utilizaban el producto. Vamos, que ni ellos querían asociarse por completo con la marca pero aún así, quieran admitirlo o no, son parte de su red de trabajo.
Porque, lo que comenzó siendo una explicación de un trabajo en el que podríamos pasar consulta, se convirtió a cómo asesorar una dieta (que ya de por sí dejaba mucho que desear) incluyendo ciertos productos, hasta convertirse en un paso a paso de cómo, haciéndonos distribuidores de Herbalife y yendo puerta a puerta vendiendo sus productos, podíamos volvernos ricos sin prácticamente hacer nada.
Estaba claro que lo que ellos querían era que nos volviéramos distribuidores porque de esa forma estábamos bajo su cadena de mando y nuestras ganancias también serían ganancias suyas.
Quizá te estás preguntando por qué tiene Herbalife tan mala fama. Vamos a analizar un poco.
¿Por qué Herbalife no es tan saludable como se nos vende?
Herbalife es una marca de suplementos destinada a gente que quiere perder peso, cuidarse e incluso deportistas, teniendo entre sus caras a Cristiano Ronaldo y al equipo de baloncesto Herbalife Gran Canaria.
Fueron varios los productos que se nos mencionaron, como las barritas energéticas, las pastillitas de suplementos y las cremas. Pero, sin duda, el producto más conocido y el que más resaltaron fue el batido. La dieta tradicional de Herbalife recomienda sustituir dos comidas por este batido, al menos estos solo pretendían que recomendásemos sustituir el desayuno.
Para justificarlo, insistían en que hoy en día, por nuestra mala alimentación y la baja calidad de los alimentos, es imposible tener el aporte correcto de vitaminas y minerales, lo que es muy fácil de corregir desayunando todos los días el batido y tomando algunos suplementos a mayores. Esto, de entrada, es mentira. Siguiendo una alimentación saludable podemos obtener todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Y, en casos de deficiencias nutricionales, habría que suplementar con la vitamina o mineral en concreto y de forma puntual.
Para empezar, aportarle al organismo más vitaminas hidrosolubles de las que necesita, no sirve de nada porque el cuerpo las va a eliminar por la orina. Pero no ocurre lo mismo con todas. Algunas vitaminas liposolubles, especialmente la vitamina A, puede tener efectos negativos si se consume en exceso. Lo mismo ocurre con algunos minerales; y un exceso de antioxidantes, puede tener un efecto oxidativo, justo lo que intentamos corregir.
Además está el hecho, que ya comentamos en esta entrada sobre los suplementos, que estos nunca deberían utilizarse para sustituir una comida, sino para complementarla.
Lo curioso es que, cuando se analiza la cantidad de minerales y vitaminas que contiene el batido, a pesar del bombo que se le da, tampoco es tan alta. Sí, es más alta que lo que ellos llaman el “desayuno tradicional”, de Cola Cao y magdalena o café y croissant, pero obtendríamos más nutrientes de un desayuno saludable.
Lo que tienen estos batidos, y la razón de que ayuden a adelgazar, es que son bajísimos en calorías, es casi como ayunar. Sustituir dos comidas por este complemento es simplemente una barbaridad. Restringir las calorías de forma tan severa a largo plazo puede causar modificaciones irreparables en los tejidos y en el metabolismo, además de un inevitable efecto rebote al retomar una alimentación normal, porque esta dieta es imposible de mantener durante mucho tiempo.
Por la charla que nos dieron, la conclusión que yo saqué es que, al no tener ni pajolera idea de lo que estaban hablando, ponían demasiado énfasis en la restricción de calorías y en los nutrientes, obteniéndolos de la forma que fuese. Otra perlita “si alguien no toma pescado, pues se le manda tomar Omega 3” ¡cómo si el pescado fuese la única fuente de Omega 3! Hay que recordar, que lo importante de un alimento no es su concentración en un determinado número de nutrientes, sino su matriz completa, esto es lo que va a determinar si es saludable o no.
Y es que, por mucho que digan que todo es natural, estos batidos no dejan de ser un producto ultraprocesado y su impacto sobre el organismo no es el mismo que el de un alimento de verdad. (Da igual que una vez digerido todo se convierta en moléculas químicas). Y no, la composición tampoco es tan buena como predican. Sí que es verdad que muchos de sus componentes son naturales, como extractos de plantas y otros, pero también tiene varias formas de azúcar.
Sin ir más lejos, la fructosa es, ni nada más ni nada menos, que el segundo ingrediente que encontramos en su composición (ver en la imagen de arriba). O sea, que de lo que más hay en el batido es proteína de soja, pero lo siguiente azúcar. Si miramos la tabla vemos que lo que se considera una ración (batido+leche) contiene 20 gr de azúcar. Parte de esta será la naturalmente presente en la leche, que no supone un problema, pero el resto es la añadida del batido.
Otras cosa en la que se hizo mucho hincapié era en que usaba proteína vegetal de soja y que su contenido en esta era muy elevado. Cuando miramos la tabla, vemos que una ración contiene 17 gramos de proteína. De nuevo, la mitad de este valor corresponde a la que aporta la leche con la que se le acompaña. Vamos, que obtienes más tomando una tortilla francesa de dos huevos (7 gramos cada uno) con un vaso de leche.
Conclusión
Esta marca se aprovecha de lo cómodo que es el producto que venden porque, en realidad, los mismos nutrientes que aporta los podríamos encontrar en cualquier desayuno saludable y nos iba a resultar más beneficioso. Sí, la gente que lo toma puede decir que se encuentra mejor pero, oye, igual no se debe al batido, sino a no desayunar donuts todos los días o a que, si han incorporado el batido, probablemente hayan dejado de consumir otro tipo de comida basura durante el resto del día y se hayan concienciado más con su alimentación.
La verdad es que llegará el día en que al final dejemos de tomar el batido, ya sea porque sale caro o porque podemos cansarnos de él y ¿qué pasará? Que como habremos ido a la opción fácil, no habremos aprendido nada, retomaremos la mala alimentación y volveremos a engordar.
No se puede olvidar que, por muy completo que anuncie ser un producto, siempre es mejor una comida real y saludable. Recuerda, no se trata de comer menos, sino de comer mejor.
