Desde su aparición, existe mucha polémica en torno a los transgénicos, especialmente instaurada por los ecologistas, por sus supuestos efectos negativos sobre el medio ambiente y nuestra salud. Tal ha sido el miedo que se ha creado que a día de hoy están prohibidos en algunos países y en otros hay que indicar claramente su presencia en un alimento para poder comercializarse, pero ¿realmente son los transgénicos tan perjudiciales para nuestra salud?
¿Qué son los transgénicos?
Los transgénicos son organismos que han sido genéticamente modificados. Básicamente se ha cogido un trocito del ADN de un organismo y se le ha puesto a otro. Es decir, es un organismo que contiene un gen que no es propio de su especie y, gracias a él, presentará una característica nueva que estaba presente en el otro. No confundir con híbridos o injertos.
Cuando comenzó a usarse esta técnica estaba enfocada especialmente a la agricultura, para mejorar la conservación de algunas especies o haciéndolas resistentes a algunas plagas o herbicidas. Ahora que la técnica está más avanzada se usa también para mejorar ciertas características organolépticas, como en el caso del conocido arroz dorado, una variedad de arroz de color amarillento que es muy rico en betacaroteno (un pigmento precursor de la vitamina A).
Visto así no parece algo por lo que debamos poner el grito en el cielo ¿verdad? De hecho, es una técnica muy utilizada en farmacia (como la insulina), detergentes, cosméticos y algodón, pero ahí la gente no se queja tanto porque no está de moda. Y, aunque lo común es que esta técnica se utilice en vegetales, también existen animales transgénicos, como la vaca Daisy, que produce leche hipoalergénica y por tanto, la gente alérgica a la leche puede consumirla sin problema (ojo, alérgicos, no intolerantes).
En España está permitido el uso de alimentos transgénicos siempre y cuando aparezca claramente indicada su presencia en la etiqueta pero hay tanto rechazo que hoy en día casi no se comercializa y se limita su utilización a alimentación animal.
¿Son los transgénicos perjudiciales para la salud?
Greenpeace se opone rotundamente al uso de esta técnica de ingeniería genética porque no consideran que haya datos que confirmen la seguridad ambiental y de salud a largo plazo por su empleo y consumo.
Se defendía que se había demostrado en estudios con animales que el consumo de transgénicos podía producir daños en los órganos, en los sistemas gastrointestinal e inmunitario, infertilidad y envejecimiento acelerado, sin embargo, la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos declaró hace unos años, tras una exhaustiva investigación, que comer un alimento transgénico tenía exactamente el mismo impacto sobre nuestra salud que uno no transgénico.
Otra de las afirmaciones en contra de los transgénicos es que pueden producir la aparición de nuevos alérgenos, toxinas o carcinógenos para los que nuestro cuerpo no está preparado. Sin embargo, no se ha visto que hasta ahora ningún transgénico haga esto y, de hecho, cada vez que se desarrolla un transgénico nuevo se realizan estudios precisamente para comprobar que no contienen ninguna proteína que pudiese resultar ser un alérgeno, toxina o algo que actúe como tal. Además, la OMS indica que está desaconsejado utilizar los organismos alergénicos más comunes en esta técnica a no ser que se pueda garantizar que la proteína producida por el gen que se va a transferir no será alergénica y a día de hoy no hay en el mercado alimentos transgénicos que produzcan alergias.
Otra de las cosas que preocupa es la resistencia a los antibióticos debida a una transferencia de los genes de los alimentos transgénicos a nuestras células o bacterias intestinales. Esto se debería a que a veces se usan genes resistentes a antibióticos como marcadores cuando se está desarrollando un transgénico y podría suponer un problema si se transfiriesen al ingerir los alimentos que los contengan. Según la OMS, la probabilidad de que ocurra esta transferencia es bastante baja pero aún así se recomienda siempre que sea posible no utilizar genes resistentes a antibióticos.
A mayores, la OMS indica que no se puede generalizar diciendo que TODOS los transgénicos son saludables porque todo va a depender de los genes que se inserten y la forma en que se haga y, por lo tanto, la seguridad de los alimentos transgénicos debería ser valorada siempre caso por caso. Pero los alimentos transgénicos que se encuentran en el mercado han pasado todas las pruebas y son seguros y en las poblaciones donde sí se consumen no han causado ningún problema.
Conclusión
No se puede decir a la ligera que los alimentos transgénicos sean perjudiciales para la salud. Son muchas las pruebas que se realizan sobre ellos para garantizar que aquellos que salen al mercado están libres de riesgo y pueden consumirse con tranquilidad. Además, se trata de una técnica que podría suponer avances en el campo de la alimentación y que, sin embargo, no van a poder llevarse a cabo por el miedo infundado que se ha creado en torno a que los transgénicos son perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Por ejemplo, desde hace unos años se ha desarrollado un trigo transgénico que no contiene gluten, es decir, los celíacos podrían consumirlo sin problema. Y, aún así, ahí está sin que las empresas decidan comercializarlo porque mucha gente no lo compraría al verlo etiquetado como “transgénico” y no saldría rentable.