¿Son los aditivos perjudiciales para la salud?

¿Son los aditivos perjudiciales para la salud?

Hoy en día existe una quimiofobia en alimentación que ha hecho que haya una gran desconfianza en torno a todo lo que es ‘químico’ o ‘sintético’ y, por supuesto, los aditivos no se han salvado de esta caza de brujas, pero ¿realmente son perjudiciales para nuestra salud?

¿Qué son los aditivos?

Los aditivos son sustancias que se le añaden a algunos alimentos para facilitar su conservación y alargar su vida útil o para modificar sus características organolépticas. Pueden ser colorantes, conservantes, edulcorantes, antioxidantes, correctores de acidez, emulgentes… y a cada uno de ellos se les adjudica un código E para clasificarlos dentro de estas categorías, por ejemplo, los edulcorantes son los E-9xx y los colorantes los E-1xx. En la lista de ingredientes podemos encontrar los aditivos representados por su número E o por su nombre, por ejemplo, la estevia es el E-960 y el ácido ascórbico o vitamina C el E-300. Esto lo utilizan algunas empresas para manipular a los consumidores poniendo un reclamo en la etiqueta de que no contiene números Es y luego poniendo el nombre del aditivo.

Decía en la introducción que el miedo que se le tiene a los aditivos se debe al miedo que hay en alimentación en torno a todo lo que sea ‘químico’ o ‘sintético’, pero la verdad es que muchos de los aditivos que se utilizan hoy en día, están presentes de forma natural en la naturaleza, como es el caso de la ya mencionada vitamina C, o el E-120 que es un colorante rojo que se extrae de la cochinilla. Más natural que eso no lo vas a encontrar.

¿Son los aditivos perjudiciales?

Como ves, se mete dentro de la categoría de aditivos cosas muy distintas. Unos naturales, otros artificiales; unos necesarios para garantizar la calidad y seguridad de un alimento y otros utilizados solo para hacerlos más apetecibles. Y, por supuesto, unos más inocuos que otros.

Hay que dejar claro que los aditivos, en las cantidades en que los tomamos y está permitida su utilización, son seguros, ninguno es venenoso, porque si no, como es obvio, no se podrían utilizar (hay gente que puede presentar sensibilidad y reacciones alérgicas, pero eso es otra cosa). Eso sí, seguros no es sinónimo de inocuos. Por ejemplo, los edulcorantes se ha comprobado que sí tienen un efecto sobre nuestro organismo, ya que estimulan el apetito y modifican la microbiota intestinal; los potenciadores de sabor también nos acostumbran a unos umbrales de sabor muy altos, lo que puede hacer que luego la comida convencional no sepa bien, además de crear una necesidad de consumir más.

El caso de los nitritos y nitratos, que son conservantes y se utilizan especialmente en la carne procesada para evitar que crezcan organismos patógenos, es más directo, ya que pueden reaccionar con los aminoácidos de la carne y crear compuestos tóxicos, que son cancerígenos. Por eso la carne procesada se relaciona con mayor riesgo de cáncer colorrectal.

Pero que unos aditivos no sean inocuos, no significa que todos lo sean y muchos nos permiten  disfrutar de algunos alimentos que si no incluyesen aditivos, se estropearían (como los antioxidantes) y nos protegen de intoxicaciones alimentarias (los conservantes).

Claro que a veces se utilizan sin ser necesarios, como los colorantes o los potenciadores del sabor, que solo están ahí para mejorar algunas propiedades organolépticas y hacer los alimentos más apetecibles. Donde más ocurre esto es en los alimentos ultraprocesados. Y es que existe la idea errónea de que los ultraprocesados son insanos porque contienen muchos aditivos, pero es al revés. El problema de los aditivos es que donde los encontramos en mayores cantidades es en alimentos ultraprocesados, es decir, alimentos insanos, donde se hace un uso excesivo e innecesario y muchos están ahí solo para estimular nuestro apetito y garantizar que consumimos más.

Esto pasa con el glutamato monosódico, un potenciador del sabor, que primero se relacionó con producir palpitaciones, debilidad e hinchazón facial, tras comer comida china, lo que se conoce como síndrome del restaurante chino. Aunque el problema de este es que se utiliza mucho en ultraprocesados, por lo que podemos estar consumiendo pequeñas cantidades de manera frecuente. De hecho, según la EFSA, ya que el glutamato monosódico está presente de forma natural en algunos alimentos y consumimos tantos alimentos ultraprocesados, estamos excediendo el nivel seguro de consumo, lo que puede tener repercusiones sobe nuestra salud, pero, de nuevo, esto ocurre por abusar de él por medio de ultraprocesados.

Conclusión

Es recomendable optar por productos sin largas listas de aditivos cuando sea posible, pero no porque los aditivos en sí sean perjudiciales (en las pequeñas cantidades en que están autorizados), sino porque suelen formar parte de alimentos insanos, en los que su uso excesivo es innecesario. Como digo siempre, nuestra alimentación debería basarse en materias primas (que no llevan aditivos), aunque no pasa nada porque consumamos aditivos que encontramos en alimentos mínimamente procesados como yogures, queso, legumbres de bote, conservas… donde están en pequeñas cantidades y sí son necesarios para garantizar nuestra seguridad.

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