¿Cuál es la mejor forma de organizar nuestra nevera?
La respuesta a esta pregunta puede parecer bastante obvia, al fin y al cabo, muchas neveras ya indican dónde debe ir cada alimento: tenemos la huevera en la puerta, zonas para colocar botellas, un cajón para las verduras y frutas, incluso nos puede venir indicado con un dibujito, qué colocar en cada balda. Sin embargo, esto no significa que esos sitios adjudicados por la fábrica sean los más adecuados para esos alimentos. Las neveras están diseñadas para maximizar el aprovechamiento del espacio y no tanto con la seguridad alimentaria en mente. Un aspecto de comer saludable es comer seguro, por eso en esta entrada te explico la mejor forma de organizar tu nevera para que los alimentos se conserven mejor.
¿Cómo debemos organizar nuestra nevera?
Antes de nada, hay que recordar que la nevera y el congelador se deberían limpiar de forma regular para garantizar su higiene y la temperatura debe estar a menos de 4ºC en la nevera y menos de -18ºC en el congelador para que los alimentos se conserven correctamente. Otro dato a tener en cuenta es que en la nevera es mejor no tener los alimentos muy amontonados para que el aire frío fluya correctamente y se garantice que los alimentos estén a la temperatura adecuada.
Además, debemos evitar romper la cadena de frío cuando hacemos la compra y coger las cosas refrigeradas o congeladas en último lugar y meterlas en la nevera en cuanto lleguemos a casa. Es recomendable quitar envases externos como cartones, plásticos o bolsas, que pueden estar contaminados y dejarlos solo cuando sirvan para garantizar la atmósfera del interior (por ejemplo, bolsas de lechuga ya cortada y lavada).
Ahora sí, pasamos a cómo se debe organizar la nevera. Empezamos por la puerta, donde quizá nos llevemos alguna sorpresa. La puerta de la nevera es donde hay más oscilaciones de temperatura debido a que estamos abriendo y cerrando con frecuencia, por ello, debemos evitar colocar ahí alimentos perecederos. O sea, que aunque la huevera esté siempre colocada ahí, ese no es su mejor lugar. Tampoco para la leche aunque cuente con un sitio ideal para las botellas y cartones. En su lugar, en la puerta podemos guardar productos como agua, zumos, bebidas, latas, salsas, mantequilla o mermeladas.
Una vez en el interior de la nevera, debemos tener en cuenta que no hay la misma temperatura en todas las zonas. Las baldas de arriba son más calientes que las de abajo. La primera balda, que es la menos fría, la destinaremos para huevos, semiconservas y lácteos fermentados. Mientras que en la intermedia podemos colocar los platos ya cocinados y los lácteos.
En cuanto a la balda de abajo y el cajón, parece haber algo de debate. Hasta ahora, lo común era decir que la tercera balda era la parte más fría de la nevera y, aunque el cajón esté debajo, al estar recogido, ofrece cierta protección y la temperatura no es tan baja. De esta forma colocaríamos, tal y como solemos hacer, la fruta y la verdura en el cajón, y carnes y pescados, que son los alimentos más perecederos, en la balda más fría.
Sin embargo, la especialista en seguridad alimentaria, Beatriz Robles, publicó en su libro “Come de todo comiendo seguro” este año que esto no es así y que los cajones, al estar más abajo son, de hecho, la parte más fría de la nevera y, por lo tanto, el lugar donde realmente deberíamos colocar las carnes y pescados. Además así evitaríamos que cualquier jugo procedente de estos pueda contaminar otros alimentos porque ya no hay nada debajo. Por otro lado, las frutas y verduras, que no necesitan temperaturas tan bajas (de hecho, mucho frío las puede dañar), deberían colocarse en esa balda encima del cajón.
Espero que esta entrada te haya servido para descubrir cuál es la mejor forma de organizar tu nevera para garantizar la salud alimentaria y que te animes a ponerlo en práctica 🙂