¿Qué es NutriScore y por qué esta recibiendo críticas?
El pasado Día Mundial de la Salud, la ministra de sanidad anunció la nueva forma de etiquetado que se implantará en España el año que viene. Esta innovación, llamada NutriScore, intentará valorar la calidad de un producto y facilitar la comprensión de su etiquetado, utilizando un semáforo formado por una escala de letras (de la A a la E) y de colores (del verde al rojo). Con este sistema, los productos calificados con una A verde serán alimentos recomendados y aquellos con una E roja, serán alimentos no recomendados.
¿Por qué está recibiendo críticas?
Siguiendo el algoritmo que utilizaría NutriScore, sinAzúcar.org ha determinado el que sería el etiquetado de algunos productos. Puntualizan que, por supuesto, estos datos son orientativos y que la industria podría cambiar la forma de calificar algunos de estos productos. Lo que es muy probable, teniendo en cuenta la polémica que se ha desatado.
¿Y por qué tanta polémica? A simple vista parece una forma genial de que una persona sepa de un solo vistazo la calidad nutricional de un producto, sin dejarse engañar por la publicidad de la caja o sin tener que descifrar la lista de ingredientes y la tabla nutricional. Por ejemplo, en el caso de la bollería, vemos que obviamente estos productos reciben mala nota. Sin embargo, también vemos cosas curiosas como que el aceite de oliva virgen extra recibiría una calificación de D de color naranja, catalogándola de producto insano; mientras que la Coca Cola Zero saldría mejor parada con una B de color verde.
¿Cómo puede ser esto? A estas alturas ya tenemos que saber que el aceite de oliva virgen extra y la Coca Cola Zero no tienen ni punto de comparación. Y es que este sistema, aunque útil en algunos casos, también tiene algunos fallos.
¿En qué falla NutriScore?
El primer fallo es la obsesión de valorar un producto por un nutriente concreto o sus calorías, en lugar del conjunto del alimento. En este caso, los productos con un exceso de calorías, grasa, sal o azúcar puntúan mal; y aquellos ricos en nutrientes, fibra, proteína, verdura y fruta puntúan mejor. Sin tener en cuenta el tipo de grasa o el impacto del alimento sobre nuestro cuerpo. Porque el aceite de oliva virgen extra será rico en grasas, pero son grasas cardiosaludables, que nos afectan de forma positiva; mientras que una Coca Cola Zero será estupenda porque no tiene calorías, ni azúcar, pero como ya hemos visto, el efecto sobre nuestro cuerpo no es bueno.
El segundo problema, es que valora todos los productos sobre la misma cantidad, es decir, 100 gr, que no se ajusta a la ración real de muchos alimentos. En este caso, claro, el aceite sale con un nivel de calorías impresionante, pero es que nunca nos vamos a tomar 100 gr de aceite.
Entonces, ¿es NutriScore una buena medida?
Es un buen comienzo, si se hacen arreglos. Hay que aclarar que, ante la polémica causada con el aceite de oliva, el Ministerio de Sanidad ha compartido en Twitter que, aunque se seguirá la base implantada en Francia, en España se ajustará a la dieta mediterránea; además de que los alimentos con solo un ingrediente en su composición no tendrán que aplicar esta medida. Esto está muy bien en lo que se refiere al aceite de oliva, pero puede seguir suponiendo un problema en todo lo demás que hemos mencionado. Quiero decir que, si siguen poniendo una Coca Cola Zero como saludable, tenemos un problema gordo entre manos.
Este sistema, más bien está pensado para comparar productos dentro de su mismo tipo, por ejemplo, refrescos con refrescos. Sin embargo, asumir que un comprador estándar va a saber esto en lugar de mirar simplemente el colorcito del semáforo es asumir mucho. De esta forma, darle una nota positiva a la Coca Cola Zero, aunque a lo que se refiera es a que es mejor opción que la versión original, es dar información confusa al comprador y puede llevar a que se hagan muy malas elecciones. Si al final se implanta el NutriScore, esto es algo que también habría que tener en cuenta y modificar.
Sin embargo, el principal problema que le veo a este sistema es que, al otorgar a ciertos ultraprocesados una nota positiva, puede hacer que el consumidor priorice el consumo de estos frente a alimentos reales y esto sería un grave error.
