En el momento que alguien decide bajar de peso comienza a volverse loco. De repente, es imposible comprar algo sin mirar antes el número de calorías que contiene. Esto hace que a menudo dejemos de lado alimento muy saludables porque los consideramos altos en calorías, como frutos secos o legumbres; y llenemos el carrito de la compra con productos dietéticos o light por tener menos calorías. Pero ¿es esta la actitud adecuada? ¿Son todas las calorías que consumimos iguales?
¿Qué es una caloría?
Una caloría es la unidad de energía que es necesaria para elevar un gramo de agua un grado. Es la medida que se usa para determinar la energía que nos aportan los alimentos. Las calorías provienen principalmente de tres macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas. Estos macronutrientes tienen estructuras químicas y funciones diferentes en el organismo y, por lo general, los alimentos no están compuestos por uno de ellos sino por una combinación.
El hecho de que obtengamos las calorías a partir de ellos, es lo que ha llevado a la aparición de muchas dietas donde se presta más atención al macronutriente que al alimento en conjunto. Cuando la verdad es que cada macronutriente tiene su función en el cuerpo.
Carbohidratos, proteínas y grasas: funciones
Los hidratos de carbono nos aportan 4 kcal por gramo y son nuestra principal fuente de energía. Suele ser el macronutriente que más consumimos, debido a que nuestra alimentación es bastante rica en carbohidratos refinados. Esto, junto a que hoy en día somos muy poco activos, supone el principal problema. Y es que los carbohidratos que el cuerpo no puede utilizar como combustible, se almacenan como grasa. Pero cualquiera de los tres macronutrientes se acumula como grasa si se consume en exceso. El problema es que nos es más fácil excedernos con este tipo.
Al igual que los hidratos de carbono, las proteínas nos aportan 4 kcal por gramo; y su función principal es la de reparación y creación de músculo. Tienen la propiedad de ser muy saciantes.
Por último, las grasas son utilizadas para reparar las paredes celulares, regular las hormonas y almacenar vitaminas liposolubles. Como ves, llevar una alimentación muy baja en grasas (que es lo normal al ponerse a dieta) podría acarrear problemas en estas áreas. Y, siendo su función tan importante para el organismo ¿por qué tienen tan mala prensa? Ni más ni menos que porque nos aportan 9 kcal por gramo, mucho más que los otros dos. Lo curioso es que tras este miedo infundado se empezaron a sustituir las grasas por azúcares en muchos productos. Jugada perfecta (nótese el sarcasmo).
Juzgar las dietas altas en proteínas o altas o bajas en hidratos… es inútil porque todas tienen suficientes evidencias científicas que respaldan que funcionan. Porque lo hacen. Al final todas restringen calorías. Pero la base de esta entrada no es determinar qué tipo de dieta en función de los macronutrientes es mejor, sino decir que no son los macronutrientes de los que provienen lo que debe interesarnos cuando hablamos de calorías, sino el alimento en el que se encuentran.
Entonces, ¿Por qué no son todas las calorías iguales?
Porque no es solo cuestión de peso.
Por las leyes de la termodinámica, todas las calorías son iguales. Al menos sobre papel. El problema es que el cuerpo no es un horno o un problema matemático. Todas las calorías aportan la misma cantidad de energía pero hay que tener en cuenta que no todas las calorías tienen el mismo efecto sobre nuestro cuerpo.
Lo importante no es el número de calorías o de qué macronutriente las estamos obteniendo sino de qué alimentos provienen, pues nuestro cuerpo los metaboliza de forma distinta. Hay alimentos que suben la glucosa más que otros, o que alteran la microbiota y las hormonas. Hay alimentos hipercalóricos que contienen pocos nutrientes y no aportan saciedad y otros hipocalóricos con muchos nutrientes.
Vamos, que todos estaremos de acuerdo en que 120 kcal de almendras no es lo mismo que 120 kcal de Coca Cola. Una de estas va a favorecer la aparición de ciertas enfermedades; la otra va a jugar un papel en su prevención. Por lo tanto, no todas las calorías son iguales.
Conclusión
Puede que el “comer menos y quemar más” ayude a algunos a perder peso, pero puede no estar aportándote beneficios para la salud si no tienes en cuenta lo que estás comiendo. En otros casos, enfocándote solo en el peso, puede ser que estés perdiendo masa muscular en lugar de grasa; y eso no es lo que queremos.
Las dietas se basan siempre en el déficit calórico, considerando a todas las calorías iguales provengan del alimento que provengan, pero eso no es lo más importante a la hora de adelgazar. Se puede adelgazar comiendo solo comida basura si controlas el número de calorías que ingieres, pero el efecto sobre tu cuerpo va a ser devastador. Da igual seguir una dieta rica en proteínas o alta en hidratos; lo importante es qué tipo de alimentos vas a incluir en ella. No por bajar de peso, sino por tu salud en general. La mejor opción siempre será optar por alimentos reales y evitar carbohidratos procesados, de esa manera, contar calorías no es necesario.