¿Sirven las calorías negativas para perder peso?

¿Sirven las calorías negativas para perder peso?

Nos lo han metido en la cabeza desde siempre: lo importante para adelgazar es quemar más energía de la que se ingiere. Por lo tanto, sería un verdadero puntazo que existiesen alimentos que, al ingerirlos, nos ayudasen a quemar calorías en lugar de a ganarlas y, por eso, hay muchas dietas que incluyen alimentos, por ejemplo, como el apio que, supuestamente, tienen esta particularidad, pero ¿realmente existen las calorías negativas y sirven para perder peso?

¿Qué son exactamente las calorías negativas?

Hemos mencionado muchas veces las calorías vacías, aquellas que obtenemos de alimentos que no nos proporcionan ningún nutriente. La idea de las calorías negativas es precisamente lo contrario, que existen ciertos alimentos que al consumirlos hacen que quememos calorías debido a que su digestión es más difícil y se utiliza más energía en su digestión y metabolismo.

¿Las calorías negativas ayudan a perder peso?

Desgraciadamente, no. Para empezar, siempre que comemos, da igual el alimento que sea, va a haber cierto gasto calórico. Luego es cierto que hay alimentos, como los azúcares, que el organismo absorbe muy rápidamente sin requerir demasiado esfuerzo, por lo que no tiene que emplear tanta energía en el proceso. De la misma forma, existen alimentos que cuesta más trabajo digerir y requieren más energía.

El lado positivo es que los alimentos que se catalogan en este último grupo son aquellos bajos en calorías y ricos en fibra (no vale un plato de fabada porque su digestión sea más pesada), es decir, frutas y verduras, especialmente crudas. Estos son alimentos que ya de por sí son saludable, así que es un punto a favor el incluirlos en nuestra alimentación de una forma prominente. Sin embargo, nuestra alimentación no puede basarse solo en ellos porque entonces presentaríamos deficiencias de algunos nutrientes.

La mala noticia es que lo que se gasta en este proceso realmente no es suficiente para que podamos decir que “quema grasa”. Pueden reducirse aún más las calorías que obtenemos de ellos, pero no van a quemar muchas calorías más a mayores que tengan un resultado significativo. Lo que sí es cierto es que al aportar pocas calorías y ser alimentos que contribuyen a la saciedad, a largo plazo sí que pueden intervenir en la pérdida de peso, pero no porque sus calorías sean negativas.

Que quede claro que no por comer una ensalada vas a quemar las calorías de la hamburguesa a la que acompaña. Lo único que puede pasar es que te sacies y termines por comer menos hamburguesa. Que también es una buena estrategia.

De manera similar, se le han atribuido a ciertos compuestos como la capsaicina (el que da sabor picante) o la cafeína, propiedades quemagrasas porque aumentan el efecto termogénico y, por tanto, el gasto energético. Sin embargo, no parece que lo aumenten lo suficiente como para poder considerar que por tomar alimentos picantes en abundancia o varias tazas de café al día se vaya a perder peso.

Conclusión.

Como vimos en esta entrada, no todas las calorías son iguales. Aunque sobre papel parezca que sí, el efecto sobre nuestro cuerpo va a depender de los alimentos de los que las obtengamos. Alimentos ricos en calorías pueden ser muy saludables, mientras que otros con cero calorías pueden ser productos insanos. No es cuestión de obsesionarse con las calorías sino de llevar una alimentación y un estilo de vida saludables, donde predominen las materias primas y la actividad física (esto último sí que quema calorías).

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