¿Cuántas veces hemos oído de alguien que tenga problemas del corazón y el médico le haya recomendado tomar una copa de vino tinto al día? Esto ha llevado a que mucha gente que no tomaría de forma habitual alcohol, lo introduzca en su alimentación como remedio, y que muchos crean, de verdad, que su consumo alarga la vida. Desafortunadamente, este es uno de esos casos en que el remedio puede ser peor que la enfermedad.
¿En qué se basa el mito de beber una copa de vino al día para el corazón?
Según la Fundación Española del Corazón, “los antioxidantes que contiene el vino pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares porque aumentan los niveles de colesterol ‘bueno’ y provocan un efecto protector en las arterias”. Eso sí, advierten de que una copa está bien pero un consumo excesivo puede acarrear problemas graves para la salud.
Según ciertos estudios, los flavonoides que contiene el vino producen un efecto vasodilatador de las arterias, y los taninos y polifenoles son antioxidantes que combaten los radicales libres. Entre ellos, el que más destaca es, sin duda, el resveratrol, que está relacionado con un menor riesgo de inflamación y coagulación de la sangre.
¿Por qué no es una recomendación saludable?
Lo primero de todo, jamás debería recomendarse a alguien que no bebe, consumir alcohol. El alcohol es una sustancia tóxica y cuanto menos tomes, mejor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “el alcohol es perjudicial para el sistema cardiovascular”, es en Europa “el tercer factor de riesgo de enfermedad y muerte prematura, tras el tabaco y la presión arterial alta” y “no hay ninguna cantidad mínima de alcohol que sea saludable, ni que su consumo sea seguro”. Además, su consumo, aunque sea de forma moderada, se relaciona con un aumento en el riesgo de sufrir varios tipos de cáncer, aumenta los niveles de colesterol malo y de triglicéridos y es factor de obesidad pues, al tratarse de una sustancia tóxica, el cuerpo se deshace de él convirtiéndolo en grasa.
Segundo, las propiedades que se le atribuyen al vino se deben a compuestos individuales, como el resveratrol, sin tener en cuenta todos los demás componentes de este, e ignorando que es una bebida alcohólica y el alcohol es perjudicial para la salud. Este es el mismo problema que nos encontramos a menudo: valorar si un alimento es saludable o no por uno de sus componentes, en lugar de por su conjunto y cómo impacta en nuestro cuerpo. Sin ir más lejos, los phoskitos se anuncian como ricos en hierro, calcio y fósforo, pero creo que todos estaremos de acuerdo en que un phoskito no es una merienda precisamente saludable y nunca se lo daríamos a nuestros hijos diariamente, a pesar de que pueda aportar dichos nutrientes.
Al igual que pasa con el vino, podemos obtener estos nutrientes de opciones más saludables.
Conclusión
Aunque algunos de sus componentes esté demostrado que tienen cierto efecto protector, en conjunto, el consumo de vino, o de cualquier otra bebida alcohólica, es perjudicial, no importa la cantidad.
De hecho, estudios indican que el consumo de alcohol, incluso de forma moderada, aumenta a largo plazo el riesgo de sufrir problemas del corazón. Vamos, que te están recomendando un alimento que es factor de riesgo de sufrir enfermedades coronarias, precisamente para prevenir esta condición. No tiene ni pies ni cabeza.
Los nutrientes y beneficios que aporta una copa de vino pueden obtenerse sin problema de una alimentación saludable y con la realización de actividad física. Pero, claro, es mucho más fácil beber una copa de vino, por eso hay quien se resiste a aceptar que pueda ser perjudicial para su salud.
Conclusión, que el consumo de vino o de cerveza alarga la vida solo ocurría en la Edad Media, cuando era más probable que te envenenases por tomar agua del río. Hoy en día, no es así. Si tanto te preocupa el aporte de resveratrol, en vez de una copa de vino, tómate unas uvas de postre.