¿Debe preocuparnos la vitamina D en la cuarentena?
Como ya sabemos, la mayor parte de la vitamina D que nuestro cuerpo necesita la sintetizamos por la piel a partir de las radiaciones solares. Así que es completamente natural que estos días de cuarentena en los que apenas podemos salir de casa, nos preocupemos por nuestros niveles de vitamina D y la posibilidad de no estar obteniendo la necesaria. Porque, aunque hay alimentos como los pescados azules, los huevos o los lácteos que también nos aportan algo de vitamina D, lo hacen en menor cantidad, y no la suficiente para cubrir los requerimientos.
¿Por qué es importante la vitamina D?
La vitamina D facilita en nuestro organismo la absorción de calcio y fósforo, por lo que es esencial para la salud de nuestros huesos, además de colaborar en el buen funcionamiento del sistema inmune. A pesar de esto, muchos estudios han demostrado que la suplementación de esta vitamina en casos donde no hay déficit, no disminuye el riesgo de fracturas, por lo que aportar más de la cuenta no sirve de nada. De hecho, esto podría ser contraproducente ya que la vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir, se acumula en nuestras reservas de grasa, y en altas cantidades puede resultar tóxica para nuestro organismo.
La recomendación habitual es exponernos al sol, con precaución, durante unos 20 minutos al día para obtener la vitamina D diaria necesaria. Sin embargo, ahora que estamos confinados en casa, esto nos va a ser muy difícil a menos que tengamos un buen balcón al que le de el sol.
La British Dietetic Association recomienda que todos suplementemos durante estos días 10 microgramos de vitamina D, pero también da la alternativa de aumentar el consumo de alimentos que la contengan (mencionados en la introducción) o aquellos que estén fortificados.
Por otro lado, la Academia Española de Nutrición y Salud ha decretado que no se recomienda suplementar a toda la población, sino a grupos concretos (embarazadas, mujeres lactantes…) y se recomienda a la población infantil y a los mayores de 65 años intentar exponerse al sol en la medida de lo posible.
Conclusión
Como hemos dicho muchas veces, siempre es mejor obtener lo que se pueda por la alimentación en lugar de con suplementos. Si se presentase una deficiencia de vitamina D, el médico debería confirmarlo detectando los niveles (aunque a día de hoy es un poco controvertido porque no hay un consenso de por debajo de qué nivel se considera déficit) y decidir el tratamiento adecuado y si se requiere suplementar o no.
Sin embargo, si no hay déficit, suplementar no sirve de nada y, como ya he dicho, la vitamina D es liposoluble y se acumula en la grasa, por lo que lo más probable es que, aunque estos días no nos esté dando el sol, tengamos reservas que, junto a las cantidades que obtenemos por la alimentación, sea suficiente.
Así que, si durante esta cuarentena tienes la posibilidad de exponerte un poco al sol, sin necesidad de salir de casa, perfecto, pero si no, la vitamina D no es algo que deba preocuparte.