¿Es lo ecológico más saludable?
Muchas veces nos lanzamos a productos etiquetados como “ecológico”, “orgánico” o “bio” pensando que al ser más “naturales” serán mejores y más saludable. Cada uno puede tener sus propias razones para escogerlos; ya sea porque los considere más saludables, crea que tienen mejor sabor o que contribuyen a la sostenibilidad del medio ambiente. Sin embargo, estos productos, que además por lo general suelen ser mas caros que sus versiones convencionales, no garantizan nada de esto.
¿Qué implica que un producto sea ecológico?
“Ecológico”, “orgánico” y “bio” todos significan lo mismo. Indican que en el tratado o elaboración de estos productos se ha asegurado la preservación de recursos naturales y el cuidado del medio ambiente y se ha cumplimentado la normativa sobre el trato a los animales. Además no se han utilizado fertilizantes, pesticidas, antibióticos, ni hormonas en su producción.
Hasta aquí parece que bien ¿no?
¿Un producto ecológico es más saludable?
Se ha observado que las diferencias nutricionales no varían entre los alimentos orgánicos y los no orgánicos. Es decir, un producto ecológico es igual de saludable o poco saludable que su versión normal. ¿Por qué? Sencillo. Porque si un producto es un ultraprocesado, va a seguir siéndolo aunque todos los ingredientes que lo componen sean ecológicos. Va a seguir conteniendo grandes cantidades de azúcar, sal y grasas de mala calidad y el impacto sobre nuestro cuerpo va a ser el mismo. Porque el azúcar da igual que sea ecológico, sigue siendo azúcar. Lo mismo pasa con las harinas refinadas y demás. Por lo tanto, las galletas ecológicas siguen sin ser un producto interesante a nivel nutricional.
¿Contribuyen a la sostenibilidad del medio ambiente?
Sí, ecológico implica que en su producción se ha cuidado el medio ambiente y no se han utilizado químicos. Sin embargo, esto no contribuye a la sostenibilidad si estamos comprando fruta que viene de la otra punta del planeta. Para ello lo mejor es comprar productos cercanos a ti, que no hayan tenido que ser transportados a grandes distancias.
¿Tienen mejor sabor?
El sabor no depende de que sea ecológico o no, pues los químicos no influyen en él. Si se trata de vegetales o frutas, el sabor depende del momento de recogida. No va a tener el mismo sabor un tomate recogido en su punto óptimo de maduración que uno recogido prematuramente que luego se guarda en una cámara de maduración. La normativa de productos ecológicos permite que se haga esto, así que no garantiza que el sabor sea mejor.
Entonces, ¿tienen alguna ventaja?
Donde más beneficios se han visto en el consumo de alimentos ecológicos es en los productos derivados de animales. Los huevos que sean de origen ecológico garantizan que las gallinas no estaban en jaulas sino sueltas. Además, en general, cuando la carne es ecológica suele significar que los animales han vivido en mejores condiciones y evitas las hormonas que se les haya suministrado. En cuanto al sabor, la calidad de este variará sobre todo en cómo han sido alimentados, si con pienso o pastando (y si están libres tiene más posibilidades de ser lo segundo).
Conclusión
Optar por un producto ecológico porque sea más saludable es una pérdida de dinero si estamos optando por alimentos que en su conjunto no son nutricionalmente interesantes. El sabor tampoco es un factor a tener en cuenta si no te aseguras que se hayan recogido en el momento oportuno. De nuevo, optando por productos locales tendrás más probabilidades de que haya sido así; y ahí sí que contribuirás a reducir el impacto sobre el medio ambiente. Sin embargo, sea cual sea la razón por la que los escojamos, es importante que prioricemos el consumo de materias primas en lugar de lanzarnos a los ultraprocesados. Da igual que sean ecológicos, su calidad nutricional sigue siendo cuestionable.
