¿Por qué las papillas sin azúcar sí contienen azúcar?

¿Por qué las papillas sin azúcar sí contienen azúcar?

Cuando se comienza la alimentación complementaria de un bebé, las papillas son, por lo general, el alimento estrella y como, obviamente, queremos darle lo mejor, buscamos marcas que indiquen que están enriquecidas con vitaminas y minerales y, lo más importante, que sean “sin azúcares añadidos”. Sin embargo, si prestamos un poco de atención al etiquetado (como siempre deberíamos hacer, en lugar de fiarnos de los reclamos del paquete), podremos ver que, aunque, en efecto, en la lista de ingredientes no aparecen azúcares, el porcentaje de azúcares que aparece en la tabla nutricional es bastante alto, a veces entre el 20 y el 30% del contenido total. Y, si probásemos estas papillas, comprobaríamos también que, a pesar de ser ‘sin azúcar’, tienen curiosamente un sabor dulce. ¿Cómo puede ser esto?

Azúcar transformado: el misterio de las papillas sin azúcar

Aunque no encontraras ningún tipo de azúcar leyendo la lista de ingredientes, quizá algo llamase tu atención. Es muy probable que al citar el cereal o la harina utilizada apareciese junto a ella la palabra “dextrinado” o “hidrolizado”. Y es aquí donde está toda la trampa.

La dextrinación o hidrolización son procesos por los cuales se pre-digiere el cereal, para que sea más fácil su digestión. Con este proceso, el almidón que contienen los cereales y que está formado por cadenas largas de hidratos de carbono, se descompone en cadenas más cortas, incluso en moléculas sencillas de glucosa. Esto es lo que ocurriría de forma natural durante la digestión por acción de las enzimas digestivas, pero al ingerirlo ya de esta forma, su absorción es mucho más rápida, actuando igual que un azúcar y dándole ese sabor dulce, por eso se llama azúcar transformado.

Por lo tanto, aunque efectivamente, no se han añadido azúcares a estos cereales o a esta papilla (aunque en muchos casos se echa a mayores miel), se trata de un producto muy rico en azúcar y, probablemente, no sea lo que estamos buscando para darle a un bebé de 6 meses (de hecho, hasta los 2 años no es recomendable que tomen nada de azúcar libre). Además de los efectos perjudiciales que tiene el consumo de azúcar, hay que añadir que acostumbrando al paladar a sabores tan intensos a edades tan tempranas, hace que luego, a la hora de introducir comida de verdad como frutas y verduras a la dieta, estos alimentos no les sepan a nada o les sepan mal y los rechacen. 

Conclusión

La mejor opción será siempre preparar las papillas o los cereales en casa sin nada de azúcar pues, aunque se trate de justificar el someter a los cereales a una dextrinación para mejorar su digestibilidad, está comprobado que a partir de los seis meses los bebés pueden digerir sin problema en cantidades pequeñas los cereales. De esta forma, evitaríamos poder dejarnos llevar por los reclamos saludables que abundan en los productos diseñados para bebés y que contienen grandes cantidades de azúcar y, por lo tanto, pueden resultar perjudiciales a largo plazo para su salud.

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