¿Es saludable el consumo de algas?

¿Es saludable el consumo de algas?

Con la creciente popularidad de la cocina oriental, el consumo de algas en nuestro país se ha disparado en los últimos años. Wakame, nori, kombu, espaguetis, lechuga de mar, espirulina… son alimentos que podemos empezar a encontrar en dietas para perder peso o veganas, debido a su mínimo aporte de calorías y grasa y alta cantidad de proteína vegetal. Su concentración de nutrientes es tan elevada que muchos ya las catalogan como superalimentos y pueden encontrarse hasta en forma de suplementos. Y es que, es verdad, las algas son muy ricas en fibra, vitaminas y minerales. Desafortunadamente, es precisamente el exceso que aportan de algunos minerales lo que hace que el consumo de algas no sea tan saludable como creemos.

Las algas y el exceso de yodo

El yodo es un mineral imprescindible para el buen funcionamiento del tiroides y necesitamos obtenerlo a partir de la alimentación. Sin embargo, un exceso de yodo también es perjudicial para el tiroides. Requerimos un aporte diario bajo que, por lo general, suele estar cubierto utilizando en casa sal yodada en lugar de sal marina o sal común.

El gran problema que presenta el consumo de algas es que, en muchos casos, solo tomando un gramo ya estamos excediendo el límite diario hasta cinco veces por encima de lo recomendado. Este exceso de yodo puede hacer que, si se consumen algas de forma habitual, se desarrolle hipertiroidismo.

Aunque la cosa no queda ahí, algunas algas también presentan altos niveles de arsénico y otros metales pesados que pueden resultar tóxicos consumidos en exceso (también presentes en los suplementos a base de algas).

Quizá te estés preguntando entonces por qué los japoneses pueden tomar algas de forma habitual en su alimentación sin que para ellos suponga este problema. Esto se debe a que los japoneses presentan una microbiota intestinal adaptada y capaz de digerir las algas y eliminar el exceso de yodo. Esto, por supuesto, no ha ocurrido de un día para otro, ha sido un proceso evolutivo después de siglos incorporando este alimento en su dieta, mientras que nuestro consumo de algas es bastante reciente y, por lo tanto, ni estamos adaptados ni lo estaremos en demasiado tiempo.

Conclusión

Que su consumo habitual no sea saludable, no significa que comer algas esté completamente prohibido, lo que tenemos es que consumirlas de forma muy puntual y en pequeñas cantidades para no sobrepasar las recomendaciones diarias de yodo y arsénico, que variarán según el tipo de alga del que se trate. A no ser, por supuesto, que se sufra algún problema de tiroides, en cuyo caso, habría que evitarlas por completo.

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