7 Consejos para comer saludable sin que sea caro

7 Consejos para comer saludable sin que sea caro

Hoy en día existe esta idea falsa de que comer saludable es caro, lo que hace que podamos recurrir a una alimentación basada en productos insanos por considerarlos más económicos. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. De hecho hay áreas en las que podemos incluso ahorrar dinero. Por ejemplo, si priorizamos el agua como bebida habitual, dejaremos de comprar zumos, bebidas azucaradas, edulcoradas o alcohólicas.

En esta entrada no me voy a centrar en los trucos de toda la vida de comparar precios entre distintos supermercados u optar por marcas blancas, que son más lógicos y de una compra general, sino en algunos más específicos a la compra saludable. Así que vamos a ello.

Trucos para que comer saludable no salga caro:

1. Priorizar productos de temporada y locales

Me refiero principalmente a frutas  verduras, que además, deberían ser la base de nuestra alimentación, por lo que es importante intentar economizar en este área. Si optamos por productos de temporada, la oferta es mayor y, por lo tanto, el precio menor. Además, si no son de temporada, estos vendrán de algún otro país donde sí sea temporada y se añadirá al precio el transporte y, en muchos casos, el empaquetado (en estos casos suele salir mejor comprarlo congelado o envasado, además nos durará más).

De la misma forma, si priorizamos productos locales, evitamos tener que pagar por el transporte, además de que nos aseguraremos de que sean productos más frescos y reduciremos la huella de carbono.

2. Reducir consumo de carne

Ya hablamos en esta entrada sobre los beneficios para nuestra salud que tiene disminuir el consumo de carne. No estoy hablando de eliminarla por completo, ni para el bien de la salud ni de la cartera, sino que evitemos excedernos, como es habitual en muchas casas. La carne tiene un precio mucho más elevado que las legumbres y otras proteínas de origen vegetal, por lo que reduciendo su consumo y sustituyéndolo por otras fuentes, veremos una reducción de nuestro gasto.

3. Comprar a granel

Hay varios productos no perecederos, como legumbres, frutos secos o cereales, que algunos establecimientos dan la oportunidad de comprar a granel donde, cuanto mayor es la cantidad de lo que compras, más económico te sale. Si seguimos el consejo anterior y al reducir la carne aumentamos el consumo de legumbres, optar por comprar a granel nos puede salir más barato a la larga.

4. Planea el menú y la lista de la compra

Es posible que en nuestros primeros pasos hacia una alimentación saludable, vayamos al supermercado y llenemos el carrito de verduras y frutas frescas que luego, o no sepamos qué hacer con ella, o no nos de tiempo a consumirlas antes de que se estropeen. Para evitar esto, intenta siempre planear o tener una idea de las comidas semanales y haz una lista con todo lo que necesitarás comprar y trata de no salirte mucho de ahí. Pero ten cierta flexibilidad porque algunos alimentos pueden estar ese día en oferta. Y si no vas a utilizar ¡congela!

5. Cocina en casa

A la larga, comer en restaurantes, o tirar de bocadillos o comidas preparadas, incluso tomarnos todos los días un café fuera de casa, termina saliendo caro. Intenta preparar en casa la mayoría de las comidas y llévatelas en un tupper si es necesario. Ten frutos secos o fruta a mano por si te entra hambre a media mañana o media tarde y así evitar comprar algo. Y comprar ciertos productos preparados como zanahorias troceadas o guacamole, salen mucho más caro que si compramos la zanahoria o el aguacate y lo preparamos nosotros y no lleva apenas tiempo ¡y además reduces el plástico!

6. No tires las sobras

En lugar de tirar las sobras o dejarlas olvidadas hasta que se estropeen, intenta darles salida pronto, combinándolas con algún otro plato, por ejemplo, con unas legumbres o con arroz. Y si no, congela.

7. Olvídate de los superalimentos

Hoy en día abundan los alimentos con nombres exóticos, infinitas propiedades y, por supuesto, precios desorbitados; pero, ni todas las propiedades de las que alardean son ciertas, ni este tipo de productos son imprescindibles para estar saludables. Algunos de estos pueden estar presentes en nuestra alimentación, pero siempre como un plus y si necesitamos economizar, no nos hacen ninguna falta. Se pueden obtener todos los nutrientes necesarios y muchas más propiedades de las que nos prometen los superalimentos, con una alimentación basada en materias primas en la que abunden las verduras y las frutas y su coste será muchísimo menor.

Espero que estos consejos te hayan ayudado a ver que comer de forma saludable no tiene por qué ser caro y te animes a ponerlos en práctica 🙂

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