¿Sirven las recompensas para mantener hábitos?

¿Sirven las recompensas para mantener hábitos?

Esta semana leí un artículo en el blog de Gretchen Rubin que me pareció súper importante compartir ya que aquí hablamos mucho de hábitos y cómo mantenerlos. En el artículo habla de la Estrategia de Recompensa que usamos a menudo para premiarnos por cumplir lo que nos proponemos. Es súper típico escuchar a alguien que se pone a dieta decir ‘si pierdo 5 kilos, me voy a comer un trozo de tarta’. Es una estrategia que funciona para algunos, sin embargo, no siempre es así, ya que puede asociar una connotación negativa con el hábito y dificultar que lo mantengamos y disfrutemos, debido a las siguientes razones: recompensas mantener hábitos

1. Adjudica una recompensa puede determinar un objetivo concreto, es decir, un punto de finalización. Por ejemplo, comer saludable para perder X kilos, en lugar de adquirir el hábito de comer saludable porque es lo mejor para nuestra salud, hará que cuando hayamos conseguido ese objetivo, no solo nos comamos el trozo de tarta como recompensa sino que retomaremos los malos hábitos porque ya estaremos satisfechos con lo conseguido.

2. Una recompensa requiere una decisión. En esta entrada hablamos que lo bueno de los hábitos es que se realizan en autopiloto y no hay peligro de usar autocontrol. Cuando creas el hábito de desayunar saludable, no tienes que levantarte por la mañana y decidir si vas a comer un porridge o unas galletas. Lo harás sin pensar. Sin embargo, cuando te pones una recompensa tras hacer algo tienes que cuestionarte si te lo mereces. Si te premias con chocolate cada vez que vas al gimnasio, metes todas esas cuestiones ¿has entrenado lo suficiente para merecerte el chocolate? ¿Cuánto te mereces por lo que has entrenado? Vuelves a meter la presión de tomar decisiones y necesitas usar autocontrol.

3. Las recompensas te dan la oportunidad de escaquearte. Si tu hábito es salir a correr todos los días por la tarde, llega un punto en que lo haces sin planteártelo mucho. Sin embargo, si tu hábito es salir a correr y tomar un dulce como recompensa al llegar a casa. Será perfectamente aceptable para ti que con renunciar al dulce, puedes saltarte el salir a correr y no pasará nada.

4. La motivación por llevar a cabo ese hábito saludable deja de ser intrínseca (es decir, venir de nosotros, como beneficio personal) y pasa a ser extrínseca (lo hacemos por la recompensa). Esto hace que el hábito sea fácil de romper y de llevar a cabo si no hay recompensa a la vista.

5. Al necesitar una recompensa estamos reforzando el hecho de que lo que hacemos no nos gusta. Si comemos saludable o hacemos ejercicio, solo por poder hacer una cheat-meal el fin de semana, quizá no lleguemos nunca a encontrar la forma de disfrutar de comer saludable o de hacer ejercicio y es probable que al final lo termines dejando por no disfrutar de ello.

Sin embargo, sí que hay un tipo de recompensa que puede funcionar, incluso motivarnos más a continuar y no romper los hábitos y es una recompensa que esté directamente relacionada con ese hábito. Por ejemplo, si has estado entrenando de forma regular durante unas semanas, permítete comprarte ropa nueva de deporte bonita que te haga sentir bien o algo de material nuevo. ¿Has estado comiendo de forma bastante saludable? Cómprate una batidora para hacer smoothies y cremas o algún utensilio para hacer nuevas y deliciosas recetas para que puedas disfrutar de comer saludable, como un ¡espiralizador de verduras!

Conclusión recompensas mantener hábitos

Todo esto no significa que debamos ser inflexibles y comer 100% saludable o entrenar todos los días. Sin embargo, más que planteárnoslo como recompensas que nos permitimos por haber sido buenos, debemos cambiar la mentalidad y entender que en un estilo de vida saludable también hay espacio para momentos donde no seamos tan saludables y, precisamente, el saber disfrutar de ellos y saber luego cómo retomar los buenos hábitos y aprender a disfrutarlos también es lo que va a hacer que realmente nos sintamos bien.

De nuevo, esto no significa que a todo el mundo le pueda ir mal permitirse recompensas, pero si esa es tu intención, procura analizar cómo te afectan y cómo hace que sea tu relación con el hábito que quieres adquirir y valora si realmente te está beneficiando. recompensas mantener hábitos

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