La clave para formar hábitos saludables
Esta entrada va a ser un poquito diferente a lo habitual porque me gustaría comentar con vosotros un libro que he leído hace poco y que, por místico que suene, ha cambiado mi forma de ver las cosas (no va a ser sobre nada místico, lo prometo). El libro es Mejor que nunca, de Gretchen Rubin, y trata sobre cómo la formación de hábitos es completamente distinta de una persona a otra y sobre las estrategias que cada uno, según su forma de ser, puede tomar para establecerlos. Yo, personalmente, soy fanática de los hábitos, y por eso este tema me fascina. Además, como me gusta dar consejos para que la gente lleve un estilo de vida saludable, y me crea mucha frustración cuando la gente no los lleva a cabo, este libro me ha dado las respuestas a por qué a veces ocurre eso y, como dije antes, ha cambiado la forma en que veo muchas cosas. Espero que tras leer esta entrada, también cambie un poquito tu perspectiva, pero, antes de nada, hay que aclarar una pregunta muy importante: ¿por qué son los hábitos la clave para llevar un estilo de vida saludable?
“Los hábitos eliminan el tener que tomar una decisión”
Con esta afirmación comienza el libro y no podría ser más cierta. Si tu hábito es tomar una pieza de fruta para merendar, cuando te entre hambre a media tarde no te tendrás que plantear qué comer ni usar todo tu autocontrol para resistirte a tomar algo insano, simplemente irás a por la fruta. Incluso te apetecerá. De la misma forma, si tu hábito es hacer ejercicio a primera hora de la mañana, ya es un hecho, no tendrás que decidir cada día al levantarte si te apetece o no hacer ejercicio. No hay decisión que tomar y no hace falta usar autocontrol.
Hábitos: la clave para un estilo de vida saludable
Como podemos imaginar, los hábitos son la clave para llevar un estilo de vida saludable, pero cambiar nuestros hábitos no es precisamente fácil. Es común que al proponernos algún hábito saludable nos cueste llevarlos a cabo y terminemos por dejarlos. Esto ocurre con frecuencia porque seguimos las recomendaciones de lo que le ha servido a otra persona, lo que añade la frustración de por qué a alguien parece no costarle mucho hacer ejercicio todos los días o comer saludable, mientras que para ti parecen tareas completamente imposibles de mantener.
El problema no es que no tengamos suficiente fuerza de voluntad, sino que estamos abordando este tema de una forma muy general, como si todos fuésemos iguales. Según este libro, la clave para incorporar cualquier tipo de hábito es conocernos a nosotros mismos y establecer las estrategias que nos vayan a funcionar a nosotros y no a los demás.
Las Cuatro Tendencias
Según Gretchen, la mayoría de la gente puede clasificarse en cuatro grupos, que llama Tendencias, según la forma en que responden a las expectativas externas (las que los demás ponen en nosotros) e internas (las que nos ponemos nosotros mismos, como un propósito de Año Nuevo). (Puedes hacer el test en inglés aquí si sientes curiosidad). Las Cuatro Tendencias son Comprometidos, Cuestionadores, Complacientes y Rebeldes y para cada uno de estos grupos, la autora ha concluido que, según cómo respondemos a las expectativas, la formación de hábitos es muy diferente.
De manera abreviada (pues hay un libro entero que se centra solo en esto, Las Cuatro Tendencias), los Comprometidos responden con facilidad a las expectativas, tanto externas como internas; los Cuestionadores, como su nombre indica, cuestionan todas las expectativas y solo llevarán algo a cabo si les convence, por lo que hacen de casi todo una expectativa interna; al contrario, los Complacientes responden con facilidad a las externas pero tienen problemas a la hora de seguir las internas y les suele costar encontrar motivación y tiempo para llevarlas a cabo; por último, los Rebeldes, fieles a su nombre, se resisten a todas las expectativas.
Por ejemplo, siguiendo el ejemplo de los propósitos de Año Nuevo (expectativa interna), son los Comprometidos los que más tenderán a hacer una lista de propósitos y a llevarlos a cabo y les gusta utilizar una fecha concreta para empezar algo, ya sea el comienzo del año, del mes o de la semana; a los Rebeldes ni se les pasaría por la cabeza hacer una lista de propósitos porque no les gusta; los Cuestionadores sí que se crean propósitos pero no esperan al inicio del año, del mes o de la estación porque lo consideran fechas aleatorias, los comenzarán cuando lo vean apropiado. Por último, los Complacientes ya no se ponen propósitos de Año Nuevo personales porque en el pasado cuando lo han hecho les ha costado llevarlos a cabo.
Es a los Comprometidos a los que mejor se les da establecer hábitos porque lo encuentran gratificante (sí, yo estoy en esta categoría, por eso me fascinan tanto) y a los Rebeldes es al grupo que más le cuesta porque siempre se van a resistir. Estas dos categorías, que son un poco más extremas, son las más pequeñas, pero es importante saber que ninguna Tendencia es mejor que la otra. Lo importante es saber cuál puede ser la nuestra para saber qué nos vendría mejor a la hora de formar buenos hábitos. Es decir, lo importante es sacarles partido y hacer que jueguen a nuestro favor en lugar de en nuestra contra.
¿Cómo nos puede ayudar conocer nuestra tendencia?
Quizá estés pensando que esto no tiene mucho sentido, pero en realidad explica muchísimo y si te pones a pensar, seguro que tú te puedes identificar con alguna categoría o puedes empezar a clasificar a la gente más cercana a ti y a entender mucho sobre ellos e incluso sobre ti mismo. Por ejemplo, a la hora de seguir una alimentación saludable o hacer ejercicio, a un Comprometido no le va a costar mucho trabajo una vez se lo ha propuesto, se hará un menú y una lista de la compra para no tener problemas y meterá en el calendario el momento para hacer ejercicio y lo cumplirá. Por otro lado, un Cuestionador solo seguirá una dieta o comenzará a hacer un tipo de ejercicio si está totalmente convencido de que merece la pena, por ejemplo, tras informarse bien sobre sus efectos beneficiosos para la salud.
Al contrario, a un Complaciente le costará seguir esa dieta o una rutina de ejercicio físico a menos que tenga a alguien ante el que pueda responder, por ejemplo, un nutricionista que lleve un control de su alimentación y su peso o apuntándose a una clase o quedando con un amigo donde esté más obligado a presentarse a esa actividad. Un Rebelde es un caso más particular. Son aquellos que da igual que les insistas en los beneficios que tiene seguir una alimentación saludable o hacer ejercicio, solo lo harán si ellos quieren y, probablemente, el hecho de que les insistas que hagan algo, hará precisamente que sientan la necesidad de resistirse y no hacerlo. Si conoces a algún Rebelde, en estos casos puede ser una buena estrategia el retarlos para que parezca que son ellos los que toman la decisión.
Por mi experiencia personal, me parece fundamental aprender a identificar este tipo de personalidades cuando quieres ayudar a alguien a instaurar algún hábito, ya sea saludable o de cualquier otro tipo, porque puede ser la clave de que lo mantengan o fallen en el intento. No puedes pretender que un Complaciente salga a correr todas las mañanas por su cuenta o que un Cuestionador siga tus instrucciones si no le has convencido de por qué es necesario.
Te invito a que, con esta información, reflexiones a qué Tendencia podrías pertenecer tú y la gente más cercana a ti y cómo eso impacta vuestros hábitos (saludables o de cualquier otro tipo, por ejemplo, hacer las tareas de casa) y vuestras decisiones. ¡No dudes en dejar tus averiguaciones en los comentarios! ¡Me encantaría conocer tu opinión!