¿Es la miel mejor que el azúcar?

¿Es la miel mejor que el azúcar?

Hace unas semanas di una charla en un colegio sobre el azúcar y surgió la duda de la miel. Una madre le daba a su hijo todas las mañanas una cucharada de miel en el desayuno por recomendación del médico por las muchas propiedades que supuestamente tiene. Esta idea está muy extendida, incluso en mi casa lo hacíamos hace años para prevenir catarros. Y es que las propiedades terapéuticas de la miel se han puesto por las nubes, considerándolo un remedio natural para reforzar el sistema inmunitario, ayudar a perder peso e incluso prevenir el cáncer. También son muchas las personas que a la hora de incorporar unos hábitos saludables a su estilo de vida, deciden sustituir el azúcar por miel, pero ¿son todas estas propiedades reales? ¿De verdad es mejor la miel que el azúcar?

Composición de la miel

La miel está compuesta en un 80% por glucosa y fructosa, así que, diciendo las cosas con claridad: es azúcar. Da igual que sea súper natural porque una abeja la ha vomitado, va a tener exactamente el mismo efecto en nuestro organismo que tomar azúcar de sobre. Por ello, a pesar de ser un azúcar que se encuentra naturalmente presente en un alimento, el azúcar presente en la miel se considera un azúcar libre (como el de los siropes o zumos de fruta) y, como tal, la Organización Mundial de la Salud recomienda que debemos limitar su consumo (no se deben consumir más de 25 gr diarios de azúcar libre).

Según la plataforma SinAzúcar.org, una cucharada de miel, que son unos 30 gr, contiene 24 gr de azúcar libre. Vamos, que tomando una cucharada nada más levantarnos, ya hemos cumplido con el límite recomendado antes siquiera de haber empezado a desayunar.

¿Son reales las propiedades de la miel?

Aquí nos podemos estar planteando: bueno, quizá la miel sea solo azúcar, pero al menos tiene muchos nutrientes así que a la fuerza tiene que ser algo mejor ¿no?

Pues no.

Es cierto que la miel contiene más nutrientes que el azúcar blanco, pero es que el azúcar blanco no contiene ningún nutriente, así que los estándares a superar no son precisamente altos. Los nutrientes que presenta la miel suponen menos del 1% de su composición, es decir, están en una cantidad mínima (para que un alimento se considere rico en un nutriente, este debe componer más del 15%) y no van a tener ningún efecto beneficioso sobre nuestra salud.

Por lo tanto, al no presentar una cantidad destacable de ningún nutriente, todas sus propiedades son falsas. No es rica en antioxidante, no cura los catarros, ni ninguna otra enfermedad y, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, tampoco aumenta las defensas. Es posible que alivie la tos pero no tiene ningún efecto sobre el sistema inmunitario y su propiedad antibacteriana se debe simplemente al alto contenido de azúcar, que actúa como conservante.

Conclusión

Puedes utilizar miel para endulzar si lo prefieres porque te gusta más el sabor o, al ser este más intenso, necesitas utilizar menos cantidad, pero no te engañes pensando que es más saludable, va a tener algún efecto beneficioso sobre tu salud o que, al ser natural, se tiene carta blanca para consumirlo. Sigue siendo azúcar y debemos limitar su consumo. Lo mejor es endulzar con frutas e ir disminuyendo la cantidad de azúcar (o miel) que usamos para endulzar poco a poco para acostumbrar al paladar hasta que no haga falta añadir nada o casi nada.

Si no se te pasaría por la cabeza comerte una cucharada sopera de azúcar a palo seco en el desayuno, tampoco tiene ningún sentido tomar una cucharada de miel que, al final, es lo mismo.

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