Cómo combatir el calor con la alimentación

Cómo combatir el calor con la alimentación

Es común que en verano sintamos una disminución en el apetito. Esta se debe a que al llevar a cabo la digestión, nuestro cuerpo aumenta la temperatura corporal y cuando hace mucho calor, tratará de evitar que esto pase disminuyendo nuestra sensación de hambre. Por eso, es muy importante que, aunque comamos menos cantidades, los alimentos que compongan nuestra alimentación sean ricos en nutrientes para compensar y nos ayuden a combatir el calor y, principalmente, que nos ayuden a mantener una hidratación adecuada para compensar todas las pérdidas que los efectos del calor nos puede producir.

Aquí te dejo 7 cambios que puedes hacer en tu alimentación durante este verano para combatir el calor:

1. No temer las comidas calientes o picantes

Tomar alimentos o bebidas frías para refrescarnos puede parecer lo más obvio pero puede ser contraproducente, ya que te refrescan momentáneamente y luego el cuerpo recupera su temperatura muy rápidamente para compensarlo. Sin embargo, los alimentos calientes o picantes, aumentan la temperatura corporal, haciéndonos sudar para bajarla, lo que, cuando este se evapora, sí nos refresca más eficazmente. De ahí que en el desierto y países cálidos sean tan habituales las especias picantes o tomar infusiones calientes.

No significa que dejemos de lado las cremas frías o el gazpacho, estas son grandes formas de administrar agua y nutrientes. Más bien está enfocado en que experimentemos un poco con otras opciones y que tengamos presente que cuando tenemos mucho calor y lo que más nos apetece es un helado o una Coca Cola, además de que no son opciones saludables, tampoco tendrán el resultado exacto que buscamos.

2. Evitar las digestiones pesadas

La digestión aumenta la termogénesis, que es el calor que nuestro cuerpo produce al realizar algunas funciones vitales. Mientras hacemos la digestión, nuestra temperatura corporal aumenta y, cuanto más difícil es esta digestión, más calor se desprende. Debemos evitar consumir porciones muy grandes y ricas en calorías (evitando grasas de mala calidad). Es preferente hacer comidas más frecuentes y más pequeñas.

3. Reducir el consumo de carne

Siguiendo el punto anterior, el macronutriente que más aumenta la termogénesis es la proteína. En concreto, la proteína de la carne es la más difícil de digerir, mientras que la proteína vegetal requiere menos esfuerzo.

Nota: Si te estás preguntando por qué en el primer punto hablábamos de que era más efectivo aumentar la temperatura corporal con alimentos para que el cuerpo la baje con sudor, pero en estos dos últimos, no es lo que queremos. Es porque la digestión, al llevar más tiempo (no es el rato que lo comes y además, si es difícil durará más), hará que esa temperatura corporal esté elevada mucho más rato sin que el sudor sea capaz de bajarla.

4. No descuidar la ingesta de proteína

Como he dicho en la introducción, en verano es natural que disminuya nuestro apetito, lo que hace común que mucha gente opte por una cena ligera, por ejemplo, solo de fruta, una ensalada simplona o una crema. Aunque los alimentos que compondrán las tres opciones serán saludables y nos aportarán nutrientes (aunque algunos alimentos si son en su mayoría agua, quizá no nos aporten los suficientes), no podemos olvidarnos de incluir proteína. No pasa nada si alguna comida que hacemos no tiene proteína, pero es mejor acostumbrarse a incluirla. Recuerda que las legumbres no son el enemigo del verano y que podemos seguir incluyéndola de diferentes formas como en hummus o en ensaladas y usar las de botes que ya vienen cocidas.

5. Consumir alimentos antiinflamatorios y que regulen la tensión

Si tenemos la tensión en un umbral saludable, la sangre fluirá con mayor facilidad y sin resistencia por los vasos sanguíneos y a nuestro organismo le será más fácil controlar la temperatura corporal a través de esta. Algunos alimentos que cumplen este propósito con mayor eficacia son los frutos rojos, las espinacas, la cúrcuma y las nueces, aunque la fruta y la verdura, en general, contribuyen a la salud cardiovascular y tienen propiedades antiinflamatorias.

Siguiendo esta línea, evitaremos comidas muy ricas en sal o azúcar, que aumentan la tensión arterial y favorecen la retención de líquidos.

6. Consumir alimentos ricos en agua

Algunos de los alimentos más ricos en agua son el melón, la sandía, las fresas, el pepino, el calabacín, la lechuga y el tomate. Aunque, de nuevo, muchas frutas y verduras nos pueden ayudar en este caso y deberían abundar y ser la base de nuestra alimentación durante los meses de verano (o, más bien, todo el año).

7. Evitar el alcohol

Al contrario de lo que se piensa todo el mundo de que no hay nada para refrescarse como una cervecita en una terraza durante una tarde de calor, el alcohol deshidrata, ya que inhibe la producción de la hormona HAD que es la hormona antidiurética y responsable de regular los líquidos del organismo promoviendo la reabsorción de agua en los riñones para evitar la deshidratación. Ya siento tener que darte la mala noticia tan bruscamente (en realidad no lo siento).

Espero que todos estos consejos te sean útiles este verano para combatir el calor a través de tu alimentación. Como ya ves, es muy sencillo, ya que lo primordial es llevar una alimentación basada en materias primas donde abunden las frutas y verduras y con preparaciones culinarias sencillas 🙂

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