Claves para empezar a comer saludable

Claves para empezar a comer saludable

¿Te has propuesto empezar a comer saludables como propósito de Año Nuevo? Ya sea porque quieras bajar de peso, por cuestiones de salud o, simplemente, porque quieres adquirir hábitos más saludables, estas claves te ayudarán a mantener tu propósito de comer saludable y que no lo abandones tras unas semanas: claves comer saludable

1. Establecer una motivación personal

Antes de empezar con una dieta o, simplemente, a llevar una alimentación saludable, es importante que nos paremos a definir por qué lo hacemos. Y tiene que ser una razón que nos involucre a nosotros. En lugar de decir ‘me lo ha recomendado el médico‘, es más efectivo decir ‘una alimentación saludable me ayudará a bajar el colesterol y tendré menos posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular‘.

En lugar de ‘tengo que adelgazar porque me lo ha dicho fulanita‘, podemos decirnos ‘quiero perder peso para verme y sentirme mejor‘. Puede ser cualquier razón, no importa que sea por salud o físico, lo importante es que salga de ti, porque es lo que hará que estés motivada y que te mantenga por el buen camino cuando quieras echar la toalla.

Siempre tenemos una razón de peso para hacer un cambio, pero hay que definirla y tenerla presenta durante nuestro camino para que tenga efectividad.

2. Adherencia

A la hora de seguir una dieta o adquirir cualquier patrón de alimentación saludable es muy importante que busquemos que se adapte a nosotros. Esa comodidad es lo que garantizará que lo mantengamos en el tiempo y que no estemos rompiendo nuestros buenos propósitos cada dos por tres por falta de tiempo, medios o ganas.

Se habla mucho de si lo mejor es hacer tres o cinco comidas al día. Mucha gente jura que el ayuno intermitente es la solución a sus problemas. Pero la verdad es que ninguna medida te funcionará si todo tu entorno va en tu contra y solo te genera estrés.

No te propongas hacer recetas saludables súper elaboradas si no tienes tiempo, o utilizar ingredientes que sean difíciles de conseguir o muy caros porque creas que si son exóticos, mejores serán. Haz el número de comidas que necesites y a las horas que mejor te venga y tengas hambre. Haz recetas que se ajusten al tiempo que tienes para prepararlas y con ingredientes que te agraden. No tengas dulces en casa si sabes que al tenerlos no te puedes controlar. Ten a mano snacks saludables por si te entra hambre…

Invierte un poco de tiempo en ponerte las cosas fáciles y verás que seguir una alimentación saludable no es nada difícil.

3. Calidad, no calorías

Lo hemos comentado mil veces y es la razón por la que muchísimas dietas fallan y por la que se crea una mala relación con la comida. Nos obsesionamos con que para adelgazar tan solo tenemos que consumir menos calorías, sin importarnos de dónde proceden. Así, llenamos el carrito de la compra con bebidas edulcoradas, yogures desnatados, salsas light, bollería integral… Sin pararnos a pensar el daño que este tipo de productos pueden estar ocasionando en nuestro organismo, a pesar de su menor aporte calórico: tienen un efecto negativo sobre la microbiota intestinal, vuelven locos nuestros niveles de azúcar, alteran nuestras hormonas, producen más hambre y menos saciedad…

Muchísimo más importante que contar calorías, es preocuparse por la calidad de estas, es decir, los alimentos de los que proceden. Alimentos como los frutos secos, son a menudo dejados de lado por considerarse hipercalóricos sin tener en cuenta todos los beneficios que su consumo habitual nos puede proporcionar: son beneficiosos para la microbiota intestinal, contienen fibra y grasas cardiosaludables, aumentan la saciedad…

Como ves, pueden tener más calorías, sin embargo el impacto que tienen en nuestro cuerpo es completamente diferente y es más probable aumentar de peso o tener dificultad en perderlo siguiendo una alimentación rica en los primeros que consumiendo de forma habitual los segundos.

Céntrate en escoger alimentos de calidad, es decir, materias primas (verdura, fruta, pescado, carne, legumbres…) y alimentos mínimamente procesados (yogures naturales, legumbres de bote, encurtidos…).

4. No es solo cuestión de alimentación.

Es común cuando nos ponemos a dieta centrarnos solo en la alimentación, lo cual es completamente lógico, sin embargo, es un gran error. Hay muchísimos factores que intervienen en la ganancia de peso y en la salud y si queremos cumplir nuestros objetivos, igual de importante que modificar nuestra alimentación, es aprender a gestionar el estrés, las emociones, cuidar nuestro descanso y, por supuesto hacer ejercicio. En el blog encontrarás entradas dedicadas a cada uno de estos temas (te las dejo enlazadas) para que aprendas de qué forma afectan a tu salud y cómo pueden estar impidiéndote cumplir tus objetivos.

Espero que estas claves te sirvan para cumplir tu propósito de empezar a comer saludable este año 🙂

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