¿Cenar lechuga produce retención de líquidos?
Ahora que se acerca el verano y el buen tiempo, las ensaladas son uno de los platos estrella. Son frescas, rápidas de preparar, ligeras, versátiles y nos hidratan. Sin embargo, hay muchos que se abstienen de tomar ensalada por la noche, especialmente si contiene lechuga, porque tienen la creencia de que favorece la retención de líquidos. ¿Hay algo de cierto en esto?
¿Cenar lechuga produce retención de líquidos?
Sencillamente, no. Este es un mito muy similar al de comer melón por la noche, que tratamos el verano pasado. La lechuga es un 90% agua y también es rica en fibra, potasio y ácido fólico. Quizá que sea tan rica en agua es lo que lleva a pensar que, por lógica, favorece que retengamos líquidos. Pero esto no funciona así, de hecho, tanto consumir alimentos ricos en agua, como beber abundante agua, lo que produce es el efecto contrario, es decir, que eliminemos líquidos.
Cenar lechuga o una ensalada en general, lo que puede hacer es que tengas que levantarte al baño durante la noche, o sea, que vas a eliminar agua. Además, el potasio también actúa como diurético, teniendo el efecto contrario al sodio, que sí contribuye en la retención de agua.
Y es que esta es la clave. El efecto de la ensalada dependerá de lo que se le añada, más allá de la lechuga. Como he dicho, las ensaladas son muy versátiles y, aunque en un principio eso es bueno porque nos permiten hacer muchas combinaciones, no aburrirnos y formar un plato completo, también da pie a que se le añadan ingredientes que no son saludables.
Es frecuente pasarse con el aceite, utilizar demasiada sal o utilizar salsas que no son saludables. Ni la ensalada ni la lechuga hará que retengas líquidos, eso sí, si la acompañas con un aliño muy rico en sal, puede que sí lo haga, pero, desde luego, no será culpa de la lechuga.
Por supuesto, no hay que confundir esto con el hecho de que es perfectamente posible que haya gente a quien le sienta mal la lechuga y se nota hinchado o pesado tras tomarla, especialmente por la noche. Pero esto son casos concretos, no es la norma y no se debe a que retenga líquidos, sino que les cuesta digerirla. Y a veces, que no siente bien puede deberse más al vinagre, que aumenta la acidez gástrica, que a la propia lechuga (esto se soluciona sustituyendo el vinagre por limón).
También hay casos de gente que después de cenar lechuga se despiertan con los párpados y los dedos hinchados. Esto no es una prueba de que se retengan líquidos, sino que el cuerpo no ha podido eliminar el exceso de agua que ha obtenido y parte de ese exceso ha abandonado el torrente sanguíneo y se ha acumulado en esas zonas, por estar en posición tumbada (durante el día ocurre en los tobillos).
Sin embargo, una vez que se levanten, ese agua pasará poco a poco a la sangre y se terminará eliminando por la orina. No es lo mismo que lo que conocemos como retención de líquidos que cuesta mucho que el cuerpo los elimine por sí solo. Aunque amanecer así también puede deberse a un excesivo consumo de sal, azúcar, grasas o alcohol, así que, si te ocurre, conviene analizar con qué acompañas la lechuga.
Conclusión
Las ensaladas, incluso si tienen lechuga, son una fantástica opción para cenar por su sencillez y que son un gran aporte de nutrientes. Además, añadiéndole atún, huevo, pollo o queso, legumbres o incluso frutos secos, podemos incluir proteína y convertirlas en un plato completo y saciante. Sin embargo, hay que tener cuidado con el aliño. Escoger uno saludable y no pasarnos ni con la cantidad de sal ni de aceite. Y puede ser recomendable que si cenas ensalada, esperes un par de horas antes de ir a dormir para no tener que levantarte mucho por la noche.
¡Espero que esta entrada te haya ayudado a entender que no hay ninguna relación entre tomar lechuga por la noche y la retención de líquidos y le pierdas el miedo a tomar ensalada por la noche! 🙂
