Importancia de la alimentación para el equilibrio hormonal
No es poco común que mujeres preocupadas por su peso decidan eliminar toda la grasa de su alimentación. En estos casos no se es consciente de las consecuencias que esto puede tener sobre las hormonas. Un desajuste hormonal puede crear problemas serios en el cuerpo y, además, puede favorecer precisamente lo que se pretendía evitar: la acumulación de peso. Como vimos en la entrada del sueño, cuando se quiere perder peso no se trata de comer menos y moverse más. Otro factor muy importante son las hormonas y las mujeres se ven principalmente afectadas por esto y nuestra alimentación juega un papel clave manteniendo un equilibrio hormonal adecuado.
¿Cuál es la función de las hormonas?
Para entender el papel tan importante que tienen las grasas sobre las hormonas, primero hay que entender el papel tan importante que tienen las hormonas sobre el peso.
Las hormonas regulan la actividad de las células y de los tejidos en muchos órganos del cuerpo. Por ello, un correcto equilibrio de estas es necesario para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y que nos sintamos bien. Principalmente hay cuatro hormonas que influyen en el peso y son: insulina, cortisol, hormonas tiroideas y hormonas sexuales. En esta entrada nos vamos a centrar en las últimas.
Las hormonas sexuales son tres: estrógeno, progesterona y testosterona. Estrógenos y progesterona son más altos en mujeres mientras que la testosterona es más predominante en hombres. Sin embargo, en mayor o menor medida, todos tenemos de las tres.
¿Cómo afectan los niveles de hormonas sexuales al peso?
Por lo general, las mujeres almacenan más grasa en caderas, piernas y pecho. Esto se debe principalmente a estas hormonas. El estrógeno facilita la acumulación de grasa en caderas y piernas; y tanto el estrógeno como la progesterona lo facilitan en el pecho.
Si los niveles de estrógeno y progesterona son similares, se impide la acumulación de grasa en la cintura. Sin embargo, si existe un desajuste hormonal y el estrógeno está más alto que la progesterona, es cuando se acumula grasa en caderas y piernas. También dificulta luego la eliminación de esa grasa. Por eso, muchas mujeres cuando adelgazan lo hacen del pecho y no de las caderas.
Además, el cortisol puede tener efectos negativos sobre la progesterona (otra de las razones por las que el estrés engorda). Cuando el cortisol está alto se intenta bajar usando progesterona. Si los niveles de insulina, cortisol y testosterona son altos, y los de estrógeno bajos, se facilita la acumulación de grasa en el vientre.
Para empeorar las cosas, la mujer está sometida a fluctuaciones hormonales debido al ciclo menstrual. En la fase folicular (después de la ovulación), el estrógeno está más alto; y en la fase luteal (antes de la ovulación), es la progesterona la que está más alta. Si se tienen síntomas premenstruales, puede significar que la progesterona está baja en comparación con los estrógenos cuando debería estar alta.
Un correcto equilibrio entre estrógeno y progesterona es necesario para sentirse bien; pero es elemental si se quiere perder peso (en conjunto con cortisol e insulina).
En hombres, los altos niveles de testosterona mantienen el cuerpo delgado y musculoso porque esta hormona se une a la grasa y facilita su eliminación. Además ayuda a crear músculo y, por consiguiente, aumenta el metabolismo y la quema de grasas. Sin embargo, a partir de los 40 los niveles de esta hormona disminuyen drásticamente. Esto facilita la acumulación de grasa en la cintura.
En mujeres pasa algo similar. Cuando se llega a la menopausia, tanto la progesterona como el estrógeno bajan, pero la progesterona lo hace mucho más rápido. Lo que facilita que el estrógeno acumule grasa.
En estos casos, no vale de mucho tomar pocas calorías y hacer ejercicio aeróbico. Al hacernos mayores y como consecuencia del estrés, los ovarios disminuyen la producción de estrógeno y progesterona. En la menopausia, además, se da que las glándulas adrenales toman la progesterona y la convierten en cortisol. Esto crea un desajuste hormonal y, por lo general, es el estrógeno el que predomina.
¿Por qué son tan importantes las grasas? ¿Cómo influye la alimentación en el equilibrio hormonal?
Aquí es donde entra en juego la importancia de saber qué comer y tener una alimentación correcta, pues este factor puede tener un gran impacto sobre el equilibrio hormonal. Es esencial seguir una alimentación rica en grasas saludables y fibra; y muy baja en azúcares, hidratos de carbono refinados, alcohol y cafeína, que aumentan los niveles de estrógeno tanto en hombres como en mujeres.
Las grasas regulan la producción adecuada de estrógeno y progesterona en mujeres y de testosterona en hombres; ya que todas ellas se forman a partir de colesterol. Por eso las estatinas, que lo bloquean, no son muy recomendadas. Cuando se sigue una alimentación muy rica en hidratos de carbono refinados y pobre en grasas, especialmente cardiosaludables, tiene el efecto contrario a lo que ya hemos visto. En hombres disminuye la testosterona y aumentan los estrógenos y pueden desarrollar pecho. Mientras que en mujeres aumenta la testosterona, pudiendo aparecer vello facial o acné y es cuando se puede acumular grasa en la cintura.
Estos desajustes hormonales debidos a una alimentación baja en grasas cardiosaludables puede incluso llegar a causar infertilidad.
Además, una buena alimentación es necesaria para una microbiota saludable y esta también está estrechamente relacionada con las hormonas. La microbiota ayuda a controlar los niveles de insulina; y es donde se fabrica la mayor parte de la serotonina, dopamina y norepinefrina, que influyen en nuestro estado de ánimo. Una microbiota saludable mejora nuestra sensibilidad a la leptina (es más fácil que nos sintamos saciados); y ayuda a mejorar nuestro sueño.
Espero que esta entrada te haya ayudado a comprender lo importante que es seguir una alimentación adecuada para mantener el equilibrio hormonal y cómo un desajuste en este puede causar ciertos problemas para nuestra salud.
