¿Funcionan los yogures bifidus?

¿Funcionan los yogures bifidus?

Los yogures son uno de esos alimentos que raramente faltan en las neveras. Ante su gran popularidad, se han creado todo tipos de variedades y a veces, escoger un yogur entre todos los que se nos ofrecen puede ser toda una odisea. Uno de los tipos que más popularidad ha ganado ha sido el bífidus, debido a los muchos beneficios que se le atribuyen, por ejemplo, el de asegurar la felicidad de nuestras barrigas. Sin embargo, ¿de verdad funcionan los yogures bífidus?

¿Qué diferencia a un yogur bífidus?

Los yogures convencionales son leches fermentadas que contienen las cepas Lactobacillus bulgaricus y Streptocuccus thermophilus. La diferencia de estos con un yogur bífidus es que a estos se les ha añadido a mayores otra cepa probiótica del grupo de las bifidobacterias (en el caso de los Activias de Danone es la cepa Bifidobacterium Actiregularis, nombre que la empresa ha patentado), a las cuales se le atribuyen una función protectora del organismo al equilibrar la microbiota intestinal, por lo que supuestamente mejorna tanto el sistema digestivo como el inmunológico.

Digo “supuestamente” porque la EFSA (European Food Safety Authority) nunca ha aprobado que estas cepas hagan tal cosa, por lo que no se puede decir que los yogures bífidus funcionan. Y es que, los innumerables beneficios que se le atribuyen a los bífidus, nunca se han comprobado científicamente. Al contrario, este estudio, realizado por la Universidad de Copenhage, no vio que hubiese ningún beneficio en la microbiota intestinal de personas sanas que lo tomasen. Y, según este estudio de la Universidad de Washington, el consumo de yogures probióticos no supuso una alteración de la microbiota intestinal en personas sanas.

Esto puede deberse a que la microbiota que puebla nuestro intestino está formada por una amplia variedad de microorganismos y estos no dejan asentarse a aquellos que llegan por la alimentación. Sin embargo, esto sí podría ocurrir en casos donde se haya perdido parte de la microbiota, por ejemplo, tras un consumo de antibióticos, pero ocurrirá de forma puntual mientras se regeneran las propias bacterias del organismo.

Pero ¿al menos son nutricionalmente saludables?

Pues… muchos de ellos no. Si decidimos comprarlos, por la razón que sea, debemos prestar atención al etiquetado y no dejarnos llevar por los reclamos saludables del paquete. Por ejemplo, si comparamos varios ejemplos de Activias de Danone, vemos que un yogur normal tiene 5 gr de azúcar (no añadido, esta cantidad se refiere al azúcar naturalmente presente en la leche) y un natural Activia 4,9 (tampoco añadido). Hasta ahí todo bien.

Sin embargo, los de sabores contienen en torno a los 16 gr de azúcar añadido, igual que el de muesli. De los 0% en materia grasa podemos encontrar algunos con 8 gr y otros con 16 de azúcar añadido. Por lo que no podemos decir que la calidad nutricional sea precisamente buena, pues tienen unas cantidades de azúcar altísimas. En algunos casos no habría mucha diferencia en tomar unas natillas.

El único que se salva es el Natural Activia pero a nivel nutricional es exactamente igual que el natural corriente, excepto por el precio que, como te imaginarás, es mucho mayor.

Conclusión

Para mantener una salud intestinal adecuada lo que necesitamos no son yogures específicos sino llevar una alimentación saludable, rica en fibra y otros nutrientes, que van a servir de alimento a las bacterias beneficiosas y reducir el consumo de azúcares, que favorecen que proliferen las malas. No es cuestión de buscar un yogur milagroso, sino de buscar uno saludable, que ya es difícil.

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