Semillas de chia: qué son y cómo usarlas
Las semillas están creciendo en popularidad y cada vez son más las personas que las incluyen en su alimentación. Entre ellas, las que han generado un auténtico boom han sido las semillas de chia, consideradas ya entre muchos como un superalimento. Antes sólo podían encontrarse en tiendas especializadas, pero ahora las podemos encontrar en la mayoría de supermercados. Ante tal crecimiento, surge la duda ¿está justificada esta popularidad?
¿Qué son las semillas de chia?
Las semillas de chia son originarias de México y en la antigüedad eran consumidas por los guerreros aztecas por tratarse de una gran fuente de energía. De hecho, chia es una palabra maya que significa “fuerza”.
Son muy versátiles ya que tienen un sabor bastante suave. A mí donde más me gusta incluirlas es en el desayuno en este pudin con frutos del bosque. Sin embargo, también pueden añadirse a batidos, mousses, guisos, purés o panes. No importa que sea dulce o salado. Son muy útiles en repostería vegana porque puede sustituirse el huevo por un par de cucharadas de semillas de chia o de lino en remojo.
Para aprovechar sus nutrientes al máximo, lo mejor es tenerlas en remojo durante al menos 10 minutos, hasta que adquieran una consistencia de gel. De esta forma son más fáciles de comer y se evita que capten agua del cuerpo al llegar al intestino.
Beneficios de las semillas de chia
Si se preparan correctamente, las semillas de chia son de fácil digestión. No contienen gluten y son ricas en Omega 3, antioxidantes, fibra, calcio, hierro, proteínas, potasio y vitaminas A, B, E y D.
Al tener un alto contenido en fibra, ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre y los antojos. Además aportan sensación de saciedad y ayudan a regular la microbiota intestinal. Al ser ricas en Omega 3 son buenas para el sistema nervioso central y sus propiedades antiinflamatorias ayudan a aliviar el dolor de las articulaciones. El Omega 3 también las convierte en un buen aliado para reducir el colesterol y regular la presión arterial.
Aportan mucha energía y ayudan a aumentar la masa muscular, reparando los tejidos, por lo que son perfectas para incluir en batidos proteicos post-entrenamiento. Los antioxidantes que contienen también tienen efectos beneficiosos sobre la piel y el envejecimiento.
Contraindicaciones
Al tratarse de un alimento muy rico en fibra, si se consumen en exceso pueden acarrear problemas gastrointestinales. Si no se está acostumbrado a consumir fibra, es mejor incluirlas poco a poco en nuestra alimentación.
He encontrado varios artículos defendiendo que el consumo de semillas chia es malo porque puede llegar a taponar el esófago. Esto se debe al caso de un hombre que padecía disfagia (dificultad para tragar) que las ingirió secas y se le quedaron atravesadas. Cuando tomó agua para ayudar a pasarlas, las semillas aumentaron de tamaño y provocaron una obstrucción en el esófago. Sobra decir que, no solo se trata de un caso aislado, sino que padeciendo disfagia, tomar semillas secas está completamente desaconsejado. Además, como ya hemos mencionado, las semillas de chia es mejor consumirlas hidratadas. Vamos, no temáis porque se os vaya a taponar el esófago si empezáis a tomarlas.
Sin embargo, al tratarse de un alimento muy rico en fibra, si se sufren problemas de intestino, es mejor consultar con un médico antes de incluirlas en la alimentación.
Conclusión
Por supuesto, y a pesar de sus muchas propiedades, las semillas de chia no son milagrosas. Si el resto de tu alimentación es mala, tomar una cucharada al día no va a hacer nada. No te bajará el colesterol, ni te ayudarán a perder peso. Sin embargo, en una buena alimentación, la introducción de este alimento puede tener ciertos beneficios.